28 nov 2010

Miseria Emulada

Te convertiste en la sombra,
en la sombra de mi miseria,
una sombra parlante,
como esas que te acompañan.

Te convertiste en las sobras,
las sobras de mi ser,
pedazos que recogiste,
para formar el tuyo.

Y no es que no sea válido,
sólo que no es honesto,
pero qué puedo pedirte,
si ni siquiera conoces la palabra.

Como toda sombra,
al salir la luz, desapareces,
puesto que sin ella no existes,
la necesitas para ser creada,
y ahora que de ti se alejó,
morirá tu inmunda existencia.

Deja de intentar emularme,
deja de seguir mis pasos y movimientos,
deja de pretender que somos similares,
no lo somos y nunca lo seremos,
ya es tiempo que lo entiendas,
aunque he de confesar,
que me halaga que lo hagas.

No obstante,
como un consuelo,
te puedo conceder un capricho,
la dicha de seguirme leyendo,
quizás de esa manera, algún día,
llegues a tener un poco de luz.

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