3 abr 2011

Nada que ofrecer

Hace algún tiempo fuiste extraordinario, gracias a ti vencí parte de mis miedos, generé autoconfianza y cierta independencia. Me impulsaste a comportarme similar a ti y apoyaste para no sentirme menos, no limitarme. Fuiste tan grande, te admiraba en exceso, llegaste a ser la segunda persona más importante y amada por mi persona.


...


Ahora que el tiempo pasó, eres un buen recuerdo, no obstante, lo mucho que me enseñaste ha sido aprendido y reforzado, ya no te admiro ni amo a tal grado. Dejaste un grande aprendizaje, sin embargo, hoy me doy cuenta, que por tu parte, ya no tienes más que ofrecer.

1 comentario: