Le compartía de manera revuelta un par de traumas a una gran amiga, cuando de pronto, supo dar en el clavo y otorgarme una respuesta ideal:
"Un sabio se paró ante un público y contó un chiste y todos se rieron. Al cabo de un rato contó el mismo chiste y casi nadie se rió. Contó el chiste una y otra vez hasta que nadie se reía...
Por lo que dijo: -Si no pueden reírse varias veces de una sola cosa, ¿por qué llorar por lo mismo una y otra vez? ¡No vale la pena aferrarse a lo que te hace daño! ¡La vida continua!-"
...
Digo, ¿a quién no le ha pasado?
Siempre enfocándonos en lo miserable y "dolorosa" que puede llegar a ser nuestra existencia, sufriendo una y otra vez por la misma razón. Llorando y preguntándonos que hemos hecho para merecer tal atrocidad, para ser tan desdichados. ¡Patrañas!
Era justo las palabras que necesitaba.
Gracias.
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