Ellos son seres muy extraños; les gusta sentirse superiores entre sí, buscan únicamente la satisfacción individual, su convivencia es muy desigual, se juzgan por sus creencias, gustos o características, dependen emocionalmente los unos de los otros, se imitan mutuamente, son egocéntricos, la violencia es su alimento, adoradores de símbolos y estatuillas, promotores de la intolerancia, y autodestructivos.
Los llamamos humanos...
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