Me encuentro transitando por un conocido pasaje del centro histórico, mi mano izquierda tomando la de un reciente amigo, la derecha tomando la de una reciente amiga. Irradiando intensidad y alegría, cual infante con sus padres.
Nos aproximamos a pasar frente a un "globero", esas personas que se ganan la vida vendiendo globos con diferentes formas y artículos de plástico que llaman la atención de los niños. Entonces, estando mi rostro mirando a otro lado, propone:
Nos aproximamos a pasar frente a un "globero", esas personas que se ganan la vida vendiendo globos con diferentes formas y artículos de plástico que llaman la atención de los niños. Entonces, estando mi rostro mirando a otro lado, propone:
-¿Un globo para el niño?
Giro mi rostro, apestado de vello facial, y mi mirada burlona lo invade, a lo que sólo pudo responder:
-Ah, perdón
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