18 oct 2012

No, gracias

Cierta ocasión, un señor que, sin duda tenía más de 50 años de vida, se encontraba dando una charla acerca de la razón del éxito de su compañía (si, hablo de un empresario "exitoso", administrador de una consolidada empresa a nivel nacional) y argumentaba, que una de las claves del éxito de la misma se debían a la enseñanza de su abuela, ella decía algo similar a las siguientes palabras:

"Da la cara a todo aquel que quiera hablar contigo, ya sea un cobrador o un cliente, dar la cara y hacerte responsable de tus actos es lo más importante siempre" 
(De acuerdo, tal vez no decía exactamente eso la mujer, pero así es como yo lo interpreté y asimilé).

Y desde entonces pienso cuánta razón tenía esa mujer, esa mujer que nunca conocí y de la cual no recuerdo ni su nombre, esa mujer que, ha marcado una convergencia filosófica en mi persona. Esa mujer que me ha hecho poner en práctica la importancia de dar la cara, no importa lo incómoda, triste, conflictiva, vergonzosa (o cualquier otro calificativo) que pueda ser la situación. Hay que afrontar la vida de frente y como se presente.

...

Fue hoy cuando tuve la determinación de hacerlo por fin, de saber decir: -Ésto no esta bien, ésto no me agrada, aquí no funcionas, eso no lo necesito-. De tener la capacidad de expresar un: -No, gracias-

Todos tenemos la posibilidad y la libertad de negarnos a tal o cual cosa, pero muchas veces, debido a lo incómodo que pueda resultar, preferimos darle la vuelta o darle largas a la situación. Les digo, no hay nada tan gratificante como hablar de frente, "derecha la flecha" pues, es lo mejor, es una liberación interna indescriptible y encima, evita malos entendidos y conflictos. ¿Qué más quieres para convivir en paz?

Sólo no olvides hacerlo siempre con cortesía y respeto, ya sabes la trillada frase: "Trata como quieras que te traten" siempre aplica en éste caso. Pero cuidado, el hacerlo no significa que tengas que ser un bravucón ni un patán. El dar la cara es una virtud, y es un privilegio del que pocos (así es, a partir de hoy me incluyo oficialmente) gozamos.

7 oct 2012

Lágrimas y risas

Autor: 
Gibrán Jalil Gibrán


Una noche, a orillas del Nilo, una hiena se encontró con un cocodrilo. Ambos se detuvieron y se saludaron.  

La hiena dijo:
-¿Cómo vas pasando el día, Señor?
-Muy mal -respondió el cocodrilo-. A veces, en mi dolor y tristeza, lloro. Y entonces las criaturas dicen: "Son lágrimas de cocodrilo". Y eso me hiere mucho más de lo que podría contar.

Entonces la hiena dijo:
-Hablas de tu dolor y de tu tristeza, pero, piensa por un momento en mí. Contemplo la belleza del mundo, sus maravillas y sus milagros y, llena de alegría, río, como ríen los días. Y los pobladores de la selva dicen: "No es sino la risa de una hiena".